La plataforma de Meta no se queda quieta y sigue sumando herramientas para que los usuarios no tengan que salir de la app para nada. Sin embargo, mientras por un lado se celebra la llegada de funciones esperadas como el intercambio de contenidos en vivo, por el otro aparece una sombra de incertidumbre que llega desde Asia y que podría cambiar la forma en que millones de personas usan el servicio para trabajar. WhatsApp se encuentra hoy en un tironeo constante entre ser la herramienta de comunicación definitiva y cumplir con exigencias gubernamentales cada vez más asfixiantes.
Compartir pantalla: la nueva apuesta a la productividad
Desde el pasado 25 de enero, la aplicación habilitó una opción que ya venía siendo moneda corriente en otras plataformas de videollamadas. Se trata de la posibilidad de compartir la pantalla del celular en tiempo real, ya sea en charlas individuales o grupales. Esta movida de Meta busca que los usuarios puedan dar indicaciones, mostrar presentaciones o simplemente guiar a otra persona en algún proceso técnico sin tener que dar mil vueltas.
Eso sí, hay que andar con pies de plomo. Antes de arrancar, la propia empresa lanza un aviso importante: todo lo que aparezca en el dispositivo será visible para el resto de los participantes. Esto incluye desde notificaciones de otras apps hasta datos sensibles como contraseñas o nombres de usuario. Una recomendación lógica que circula es activar el modo “No molestar” para evitar que un mensaje privado aparezca de la nada en medio de una exposición importante.
Cómo activar la función en los distintos sistemas
Para los que usan Android, el proceso es bastante directo. Una vez que arranca la videollamada, aparece un ícono nuevo en la barra de navegación de abajo. Al tocarlo, el sistema avisa que empezará a transmitir lo que pasa en el celular. Mientras la llamada siga en pie, la pantalla se seguirá compartiendo hasta que se decida cortar con el botón de “Dejar de compartir”.
En el caso de los usuarios de iPhone, la lógica es similar pero tiene sus vueltas. El botón está en la misma barra inferior, pero al pulsarlo, el equipo pide confirmar la acción seleccionando “Comenzar transmisión”. Es un paso extra de seguridad que tiene iOS para asegurar que el usuario realmente quiere mostrar su escritorio.
El truco para los mensajes grupales
A veces lo más simple es lo que más ayuda en el día a día. Muchos no saben que existe una forma rápida de sacarse la duda de quién leyó un mensaje o escuchó un audio en un grupo sin esperar a que todos contesten. Solo hace falta mantener apretado el mensaje en cuestión, ir a los tres puntitos arriba a la derecha y elegir la opción “Info”. Ahí aparece el detalle exacto de quiénes lo vieron y a qué hora lo hicieron, una función clave para el manejo de grupos grandes.
India patea el tablero con nuevas reglas
Mientras en esta parte del mundo nos acostumbramos a las nuevas funciones, en India la situación se puso tensa. El gobierno de ese país acaba de reescribir las reglas del juego para WhatsApp, y esto no es un tema menor, considerando que allá tienen más de 500 millones de usuarios. El Departamento de Telecomunicaciones lanzó una directiva que obliga a las aplicaciones de mensajería a vincular las cuentas de forma permanente con una tarjeta SIM activa.
Pero el punto que más ruido hace es la obligación de cerrar las sesiones de WhatsApp Web o de escritorio cada seis horas. Para volver a entrar, el usuario tendrá que reautenticarse mediante el código QR sí o sí. El argumento oficial es la lucha contra el cibercrimen, que en 2024 le costó a India una cifra sideral en fraudes, pero las organizaciones de derechos digitales ya pusieron el grito en el cielo por lo que consideran una medida invasiva.
El impacto real en los comerciantes
Este cambio regulatorio no afecta a todos por igual. Las grandes empresas que usan la API de WhatsApp no tendrían mayores problemas, pero el golpe va directo a los pequeños comerciantes y cuentapropistas. En India, muchísimos negocios usan la versión gratuita de WhatsApp Business desde la computadora para atender clientes durante todo el día.
Tener que escanear el QR cada seis horas y asegurar que el celular esté siempre vinculado al chip es un garrón que rompe el flujo de laburo cotidiano. Según datos de Sensor Tower, el 94% de los usuarios indios abre la app todos los días, lo que demuestra que WhatsApp ya no es solo para mandar memes, sino que es el motor de la economía de cercanía. Si estas reglas se mantienen y se replican en otros mercados, la comodidad que ganamos con funciones nuevas podría verse opacada por una burocracia digital mucho más rígida.